Después de Hacer Trampa – Parte II

La pregunta me llega frecuentemente, “¿Qué debo hacer si hice trampa en mi dieta?” vía mensaje escrito, mensajeros, email, post en el grupo de Facebook, señales de humo o paloma mensajera, se ha vuelto un tema que pareciera estar mal informado. Para comenzar con el final en mente, enfoquémonos en los cinco puntos clave de frente. Revisaremos a detalle cada uno después, pero aquí están en toda su radiante gloria.
  1. Revisa las circunstancias que llevaron a la decisión.
  2. Entiende, acepta y aprópiate de las consecuencias de tu decisión.
  3. No te dejes atrapar en el ciclo de comer en exceso y castigarte.
  4. Una dieta no se hace o se rompe en una sola comida o un día.
  5. Tus decisiones definen tu resultado, pero no definen tu valor como persona.
Cada uno de estos puntos será revisado en una serie de 5 posts del cual este es el segundo. Si no has leído la primera parte, puedes dar click en el punto uno arriba de este texto para leerlo.

 

Entendiendo las Consecuencias

Para aquellos que leyeron la primera parte, fue en su mayor parte una evaluación del “porqué” de tu “qué”. Tú escoges comer fuera de plan, y la pregunta se convierte en cual fue la programación – la “rutina”- que provocó que lo hicieras, y como insertas una cláusula de escape en la programación al remover las funciones límbicas de esa rutina para forzarte a considerar como “reescribir el programa”. Esta parte, sin embargo, no es tan existencial. Esta es acerca de completa honestidad y transparencia. Si tú no estás siendo honesto contigo mismo ese es un problema que tienes que estar atendiendo con la ayuda de un compañero de responsabilidad, esposo/a, amigo, terapista o cualquier otra persona competente con quien puedes ser transparente.

Así que comiste, o estás contemplando comer, algo que te alejará de tu meta. OK. ¿Qué pasa ahora? Desde una perspectiva bioquímica, asumiendo que tu comida fuera de plan o atracón está lleno de carbohidratos, puedes esperar algunos o todos de los siguientes puntos

  1. Tener un ritmo cardiaco acelerado y una sensación de euforia por un breve período
  2. Tener sed excesiva
  3. Que te de un “bajón” unas horas después de tu comida
  4. Que retengas agua hasta que disminuyas la acumulación de glucógeno del hígado nuevamente

Esta es la parte de “dentro de mis órganos” de la discusión. Es bastante simple, y algo que la mayoría de nosotros ha experimentado después de una comida fuera de plan y pesada en carbohidratos.

A donde quiero  llevar esta conversación, en realidad, es a los pensamientos que tienden a entrar en nuestro cerebro cuando comenzamos a comer una dieta restrictiva (ya sea de calorías, grasa, carbohidratos, lo que sea). En su libro “Triggers”, Marshall Goldsmith tiene una lista de 15 mentiras que nos decimos (un libro que sugiero fuertemente leer). Muchas de ellas aplican a cambios de vida en general, pero dos que aplican a dietas y de los que quiero hablar son:

  • No me voy a cansar, y mi entusiasmo no desaparecerá
  • No me voy a distraer y nada inesperado sucederá

Déjenme contestar estos dos en 6 palabras: Sí, lo harás. Sí, Lo harás

Mira, le pasa a todos. Cuando la gente empieza una dieta, están llenos de confianza de que van a lograrlo esta vez. Quizá pongan algo en su cuenta de Facebook o Twitter, le dirán a amigos del trabajo, a la pareja, o un amigo de la iglesia o de un grupo social. Y entonces “eso” pasa. Lo que sea que “eso” sea. “eso” ocurre. A veces es tan simple como meses de esforzarse con mínimos resultados para demostrarlo. A veces es más complejo – enfermedad o muerde de un ser amado, problemas de relación, estrés de trabajo. Otras veces, es una celebración…¡estas pueden ser las más insidiosas! Y nos encontramos en una encrucijada donde podemos ir a la derecha o izquierda. A la izquierda está la opción que te acerca a tu meta y a la derecha la opción que te aleja de ella. Este es el lugar en el que te encuentras y luego parpadeas y lo siguiente que sabes es que estás sentado en una mesa con una caja de donas o una rebanada de pastel enfrente de ti, y la decisión se ha hecho.

¿Ahora qué? El auto flagelo comienza

  • Soy un fracaso.
  • ¿Por qué no puedo apegarme y mantener nada?
  • ¿Qué está mal en mi?
  • Apesto en esto, no voy a tener éxito nunca.

Quiero darte un secreto de la vida que me tomó un LARGO tiempo aprender – esa pequeña voz en tu cabeza que todos tienen…sí, nunca he conocido a una persona que me haya dicho: “La voz en mi cabeza es una influencia positive”. Siempre es negativa. Siempre va a disminuir tus éxitos y magnificar tus fracasos. Y ahora, con un fracaso reciente (en la forma de una dona glaseada), la voz silenciosa va a acelerarse a todo.

El segundo secreto que te voy a dar es que nunca puedes callar la voz en tu cabeza. Siempre estará ahí. Lo que SÍ PUEDES hacer, sin embargo, es enmarcarla o guardarla en una caja que esté etiquetada “Contexto correcto” y usarla como una forma de cambio. Poner la voz en tu cabeza en contexto no significa ignorarla completamente. Significa adueñarse de lo que es la verdad y rechazar lo falso.

  • Cuando la voz dice, “Soy un fracaso” puedes responder diciendo, “he fallado en tomar la decisión correcta, pero eso no me hace un fracaso o un perdedor”
  • Cuando la voz dice “¿qué está mal en mí? Puedes defender tu valía al decir, “Tomé un amala decisión en relación a mis metas, eso es todo”.
  • Cuando la voz dice “nunca voy a tener éxito” tú tomas ese pensamiento como tu rehén y te dices “Si continúo tomando decisión como esta, eso es verdad. Pero voy a tener más oportunidades de tomar la decisión correcta, y lo haré”

Eliminar la habilidad de la voz de llevarte a una espiral de vergüenza es el primer paso en adueñarte de tus consecuencias. Controlar la voz no se logra haciendo promesas vacías de que mañana lo haremos mejor. No se hace creando excusas para ti de que hoy fue un día especial. No se logra juzgándote y juzgando tu valor como individuo. Se hace a través del poder de una sencilla idea: “Tomé una decisión que, cuando considero mis metas, fue errónea. Si continúo tomando esta decisión regularmente, no lograré progresar hacia mis metas2. Aquí es donde el poder del AAR (discutido en la parte 1) es benéfico.

Primero,  capturar y añadir contexto  a lo que la voz en tu cabeza está diciendo. Segundo, adueñarte de la verdad y rechazar la falsedad. Y tercero, utilizar el ARR para identificar el disparador o pista que provocó la decisión, hacer una modificación a la rutina y comenzar a quitar el piloto automático de tu pensamiento hacia un estado más “presente”.

Hasta que seas capaz de aceptar, poseer, aprender y superar los fracasos, estos continuarán estando a tu alrededor y el ciclo se repetirá. Esta es la dura verdad, pero una verdad que debes aprender. Esto es de lo que te tienes que adueñar por salirte del plan:

Until you are able to accept, own, learn, and move on from failures, they will continue to hang around and the cycle will repeat itself.  That is a hard truth, but it is one that you must learn.  This is what you must own as a consequence of going off-plan:

  • Tienes una meta – sea pérdida de grasa, ganancia de músculo, cambio de vida, que te quede un traje de baño, etc.
  • Tomaste una decisión que no se alineó con la meta
  • La distancia entre la meta y tú es ahora un poco más grande de lo que era.
  • Debes ya sea:
    • Evaluar tu compromiso hacia tu meta y darte permiso de cambiarlo
    • Cambiar tu comportamiento para alinearlo a la meta

Lee el primer post                                                                                                                   Lee el siguiente post de la serie